jueves, 22 de septiembre de 2011

Marioneta


Con su pija adentro, y su lengua recorriendo mi cuello, no podia más que convencerme que aquel hombrote estaba decidido a continuar con su dominio sobre lo que él consideraba su territorio, o sea yo.
Déjame...y procedió a pajearme, pero eso sí, antes, llenó mi culo con sus leches.
Habiendo acabado, seguia bombeando, y en un momento ya no pude más, sus bombeos, su lengua, su paja hizo que escupiera la leche que él quería. Salpiqué toda la pared, acto seguido, con los dedos la juntó.

Me acomodó en su falda, como para recibir unas tundas, pero... abrió mis nalgas y me lubricó el ano con mi acabada.

Eso me hizo exitar y moví involuntariamente el pene, para qué...al darse cuenta empezó a jugar con  mi culo, constatando mi reacción según los movimientos de mi pene.
Masajeaba por fuera y yo tranquilo, metia un dedo y yo en paz, rozó con su palma mis huevos y se me movió de nuevo, metió dos dedos y nada, rozó la próstata y me encontró. Entonces me clavó su pulgar, gordo, grandote masajeando por dentro y sus cuatro dedos por fuera apretando mis huevos.
Uno es tan sólo un ser humano...erguí mi cabeza, curvé mi espalda, no pudiendo disimular el placer y comenzó a gotear en el piso un líquido espeso y translúcido que escurria de mi uretra a manera de hilos, una a una fueron cayendo las gotas, acompañadas por algunos espasmos esporádicos, quise incorporarme, pero me tenia agarrado de tal forma que con una sola mano me volvia a acomodar a su antojo.
Producto de los espasmos, cerraba y abria el ano al son de esos reflejos involuntarios, mi verga se movia sin sentido, salpicando por allá y más acá, ya mis uuuhhh aaahhh mostraban el estado de las cosas, entregado por completo a la actitud viciosa de aquel titiritero quien veia en mi sometimiento sin discrepancias, su deseo satisfecho de manejar una marioneta con una sola mano.
No obstante sentí como su corazón se agitaba, asi fui descubriendo como crecia su pija, pasando de ser un pitito encojido a una verga grandota colorada y venosa. Pero asi y todo no dejaba de ordeñarme, hasta que por fín, viendo el último hilo que escurria de mi extremo, me liberó y cuan marioneta sentó en su falda, aunque para ser más preciso me sentó en su verga, o mejor dicho me clavó en su verga.

Movete ordenó el titiritero, y comencé obedientemente a bailar ula-ula sobre su escroto, sacaba su pija de mi culo hasta dejar tan sólo su cabeza adentro y ahí jugaba con mi esfinter en el anillo de su glande, claro..., se volvió loco, loco es poco, me tomó por la cintura y me hundió aquella cosa gordota abriendo mi culo hasta copiar su forma. Me toqué el ano, acaricié el borde donde su pijota se convertia en mi culo y la piel no dejaba entrar ni un dedo más.

Rozaba, fregaba, golpeaba, metia, empujaba, sudaba, todo junto, pero como ya había acabado una vez, ésta le costaba. Pasé mi mano entre mis piernas buscando acariciarlo, mientras él endemoniado ejercía más y más fuerza. No tuve que convencerlo demasiado con mis caricias en los huevos para que el volcán entrara en erupción. Como una enema de leches, sentí como me llenaba.

Se tomó su tiempo, hasta que sacó limpita aquella verga de mi culo. La vi y tuve la necesidad de llevarmela a la boca. Mientras mi culo chorreaba, mi boca se llenaba de sabores, sentia todavia los latidos de su pija y los de mi debilitado esfinter. No obstante buscó con su pulgar mi ano como para mostrar quien movia los hilos.

domingo, 11 de septiembre de 2011