martes, 24 de abril de 2012

Quiero ese culo...

Quien sabe dilatar el ano de su partenaire conoce como establecer una dependencia, un sometimiento, una seducción.
Y digo esto porque no es fácil, es un arte.
Debes ser suave, es una zona que ante la más mínima brutalidad queda resentida y pierde la posibilidad de sentir placer.
Debes ir de a poco, con mucha paciencia, disfrutando lo que haces y lo que provocas.
Puedes explorar la resistencia con la lengua, si, intenta penetrar esa cola que te perturba con la lengua, verás que se abre.
Luego masajea con tus dedos el esfinter, dale tiempo a que te pida que le metas un dedo.
Introduce un dedo e investiga con él su interior, sácalo y mételo, sácalo y mételo, tratando que la palma de tu mano golpee contra sus nalgas.
Si lo has hecho bien, en este momento ya debe estar gimiendo.
Lubrica un dildo, de esos que no se salen, e introducelo en el ano.
Dejalo allí por quince minutos, mientras te haces lamer la pija, tu parado para ver el culo con el dildo clavado.
En algún momento lo va a soltar al dildo y seguramente tendras que higienizar la zona por restos de materia fecal, no te asustes, es normal, como has invadido el ano, algún residuo que estaba en el intestino intenta naturalmente salir.
Es un buen momento para jugar...lleva a la persona al bidet y con un chorro de agua caliente y tus dedos hurga en su culo para higienizarla bien, notaras que le causas mucho placer y al tratarla como a un niño, lavandola, su entrega será total.
No dejes que se higienice sola, ese culo te pertenece y tu debes asearlo.
Ahora puedes volver a jugar tranquilo porque ya no va a volver a aparecer restos de materia fecal.
Si le limpiaste bien puedes probar su sabor con tu lengua, verás que es distinto al sabor del comienzo.
Reitera el juego con el dildo, dejalo otros quince minutos. Ten paciencia, serás muy bien recompensado.
Cuando escupa el dildo ponla en cuatro patas y subete encima, despacio al principio, recuerda que puedes estropearlo todo en sólo una estocada.
Si te recibió sin dolor, puedes ahora sí dar rienda suelta a tus deseos, recuerda que los golpes en las nalgas son fundamentales, asi que estrella tus bolas en ellas.
Aguanta, no acabes, el placer consiste en mantener las ganas.
Saca tu pija y mira como le dejaste el culo abierto y rojizo.
Lubricalo con tu saliba, te será agradecido.
Mételo de nuevo y si tienes aguante dale toda la tarde, no te olvidará jamás.
Eso si, antes de acabar busca entre sus huevos y pajealo, para que quede aún más sumiso.