lunes, 18 de octubre de 2010

ROMINA ES...

... es una compañera de trinchera.
Esa trinchera que sirve de refugio ante la vida.
Llego, pago, me desvisto, media hora de precalentamiento y...
...me acostó boca arriba y se subió. Extrajo desde su espalda mi verga y la llevó a recorrer la ruta hasta su ano. Pude ver como se transformaba su cara a medida que me iba introduciendo en ella. Mordía sus labios, giraba su cabeza como dislocada, sus pelos para acá y para allá, acompañaba esos giros con movimientos de columna vertebral y en el extremo opuesto, su cadera, bailaba como queriendo acomodar la pija dentro suyo, como frotando sus paredes internas con la cabeza. Y no le bastó, comenzó a dar pequeños saltitos rebotando sus gluteos en mis huevos y sus tetas acompañando la danza, de golpe, miró mi rostro y se detuvo...voy a acabar, dije.
No no no aguantá...
Un minuto de parálisis, de congelamiento mental, de dificiles ecuaciones matemáticas para sacarme de aquel momento de sozobra. Aguantá que yo también quiero jugar...
Y estas palabras me trajeron al mundo nuevamente.
Se levantó y con premura la vi acomodarse el arnés.
Ponete en cuatro... y como si su calentura no la dejara ni razonar metió aquella lanza que esgrimia desde su cintura hasta tocar fondos dentro de mi humanidad. Vaya a saber la complejidad de la mente como traduce aquel trozo de siliconas en mi culo como adrenalina y jugos chorreando por su entrepierna.
El delirio en su cara y la concentración en sus movimientos. Escupe con la punteria de un asesino, esparce la saliba por la circunferencia de su dildo. Con sus dedos ensalibados busca mis genitales y los acaricia,




los masajea, los estira, los apreta, los estruja, me pajea, mientras mueve su cadera como un perrito. Palmea mis nalgas, no deja de moverse. La presión y actividad que ejerce es tremenda, está como poseida, su mente se tildó... la escucho gemir, me muerde, me besa, gime otra vez... se agita, veo por entre mis piernas sus entrepiernas chorreando.
Dejame a mi ahora, le pido... y saca su extensión y abandona su posición dominante ubicandosé mansamente en cuatro frente a mi.
No me hago esperar y ahora si deseo cogerla. Le devuelvo su chirlo en la cola y se rie, se la pongo por el culo y gime, le muerdo la nuca y quiebra su cintura, le meto dos dedos en la concha y con la palma le refriego el clitoris, la veo que acaricia sus tetas, me agarro de ellas para meterla y sacarla, me responde, como compañera de baile, con movimientos pa' lante y pa' tras, dice cosas mmmmhhh aaahhh sonidos comprensibles tan sólo en esos momentos. Ahora el tildao soy yo, repito y repito mis movimientos, golpeo y golpeo, meto y saco, hasta que meto todo y descargo todo mi peso sobre ella. Gira su cabeza por sobre su hombro y con su lengua llama a la mia.
No puede ser tan hábil, no puede saber tanto...
Se unen dos bocas dejando caer una saliba en la cama, se unen dos mentes y en sus hambres no reconocen roles, penetrandose el uno al otro, no dejando rincón sin explorar, sin explotar, rocian sus aromas en la habitación dos cuerpos exigidos al extremo, con sus glándulas, esfinteres, y sensores expuestos a la libertad más absoluta, más animal, tan animal como disfrutar de una lamida de orto, tan animal como lubricarse el uno al otro.
Romina extiende las sábanas, y contempla que hemos dejado todas las huellas posibles del incidente, se rie... no hemos disimulado ni una, no obstante frota un resto de mis leches, huele su mano y besa mis labios...

1 comentario: