domingo, 1 de noviembre de 2009

Masturbación

Como todos los días, salgo a correr, aire puro, naturaleza, mente en blanco, estiro un poco y a la ducha.
Primero me afeito la cara, los genitales, la cola.
Aseo mi ano con un chorro de agua caliente en el bidet, dejando entrar esa lluvia de agua que tanto disfruto. Me muevo para que el chorro me masajee por dentro, un poco la próstata, un poco el esfinter, un poco las paredes internas, un poco más... y más... Cierro la canilla y cuando me incorporo siento que necesito más... retomo la posición sobre el bidet y abro nuevamente esa cascada que me penetra tan suavemente, me meto los dedos, examino mi interior, masajes que dilatan, que procuran la calma, que relajan. Por supuesto que al meter los dedos me salpico todo, lo que hace que mis huevos sientan el agua, ¡bueno basta!, ya es suficiente. Me incorporo nuevamente, abro la ducha y sin dudarlo mis dedos buscan mi ano, no se pueden olvidar de él, lo buscan, lo besan, lo rodean, lo tientan, lo abren, lo penetran una y otra vez en forma rítmica. Me obligan a apoyarme nuevamente en el bidet, pero ahora de frente a los comandos, con la cola parada sobresaliendo del bidet, y la cara aplastada contra la pared, y dale con los dedos, ya siento esa sensación de descompostura que me entrega sin remedios, ya sé lo que va a pasar, no quiero tocarme el pene, quiero seguir con esos dedos que intentan convertirse en un puño, más y más dilatan, más y más golpean mis nalgas, más y más la calentura empuja mi rostro contra los azulejos. Demonios y ángeles en una lucha sin cuartel, pero ambos tratando de entrar en mi, esta vez se pusieron de acuerdo... no voy a poder resistir mucho más, ya lo sé. No entra el puño, pero de cualquier forma fuezan mis leches a salpicar el blanco bidet, juntan mis dedos esa crema y la depositan en mi boca, guardo ese tibio contenido y satisfecho ingreso en la ducha.

1 comentario:

  1. Me dan ganas de probarlo. Siempre que he jugado con el agua ha sido como higiene y para seguir con consoladores. Mi vientre se hincha cuando el agua lo refresca y mis dedos lo acarician. Intentaré darme tiempo y jugar sin prisas...

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