lunes, 13 de septiembre de 2010
La oferta y la demanda.
Así como aquel que tiene una dotación importante es requerido y asediado, aquellos que, como en mi caso, tenemos un culo apetecible somos valorados.
Más tarde o más temprano entenderemos que el placer se encuentra de diversas formas.
La confusión hasta entender cual es nuestro lugar en el mundo nos hará tomar decisiones equivocadas.
Con las mujeres no pasaba nada y entre muchachos siempre la groseria, la agresión.
De adolecente muy pocas chicas se fijaron en mi. Y los amigos se burlaban, ¿sos puto? trolo? no te gustan las minas?
Esto iba de mal en peor, no encontraba mi lugar.
Con 17 años recuerdo haberme trompeado con uno que adelante de todos me habia abrazado de atras y hacía los movimientos de cadera como si me estuviera culeando.
Para mi era una ofensa terrible.
Hasta que logré superarlo, hasta que me di cuenta que tenia algo que los demás valoraban. Hasta que me fui de vacaciones en carpa y se dio en forma natural aquello que yo con tanta vergüenza negaba.
Una fogata de noche, una charla profunda, un amigo sincerando sus urgencias, unos vinos demás y a dormir. Su forma de encararme no me hizo presentir su grado de exitación.
¿Te gustan los masajes? preguntó
Si mucho.
Con caricias se fue acercando, con caricias me fui relajando, con caricias me fue llevando, sentí sus manos entre mis piernas, y no hice nada para detenerlo, me quitó el slip y no se me ocurrió defenderme, cuando sus dedos encontraron mi orificio no avanzó, me respetó, no hubo violencia, no tuve que negarme a nada, nada había hecho.
Y en ese momento susurró ...muero por esa cola
Besó la nuca, besó la espalda, besó las nalgas y encendió un fuego en mi cola. Llegó allí para quedarse, para saborear el ano.
No podia entender aquella situación pero me gustaba.
Su lengua horadaba mis defensas, abria mi esfinter sin resistencias.
Toqué su miembro caliente y duro y reaccioné.
¿Vos me vas a coger? Noooooo
Pero era imposible hacerle comprender, asi que le hice una paja y se calmó.
Esa noche no dormí. No podía creer lo que había vivido. Sin embargo solo quedaba una muralla, la sicológica.
Al día siguiente horrorizado traté de informarle que no era puto y el respondió:
No se trata de darle un nombre sino un sentido, no importa cual rol elijas, se trata de adoptar un rol y sentirlo, yo deseo cogerte y no hay nada de malo en ello. No te animas a verte al espejo.
Y esto me dejó mudo, no tenía argumentos para explicar lo sucedido, sin embargo mi hombria estaba herida.
Esa noche preguntó por masajes y recibió un no rotundo.
A la noche siguiente lo descubro mirandome, y dandose por aludido me dice:
Siento las ganas de cogerte, siento las ganas de disfrutar ese culo, deja tus preconceptos afuera, estamos solos y yo no voy a hablar.
Sus deseos eran tan fuertes y mi necesidad de dar placer y encontrar un lugar donde fuera estimulado, me hicieron arrodillar y buscar el bulto en su pantalón, a lo que él respondió deslizando su mano por mi espalda, buscando lo que él más valoraba en mi, la cola.
No se como, pero uno aprende rápido, desabroché aquella bragueta y asomó roja y húmeda una verga desesperada, casi asfixiada entre tanto slip. La tomé con mi diestra y sin pensarlo la devoré. Sentia como latia. Se mojó sus dedos y masajeó mi ano, no fue mucha la resistencia que ofrecí y sus dedos entraron una y otra vez provocando mi entrega y su locura.
Esa noche me cogió, me dio un lugar en el mundo, me encontré con lo que soy, y con lo cual soy féliz.
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