sábado, 19 de septiembre de 2009
...abrilo
...escupió mi ano, y enjuagó su cara en él, despertó mi interes cuando sentí su lengua presionar, sus manos abriendo mis nalgas, y hasta su nariz usó, volvió con su lengua, pero esta vez lo dejé entrar, lo deseaba, lo queria, me invadió, su cara aplastada en mi cola y la saliba chorreando por mis huevos, la locura instalada en su cara y la necesidad de vaciar sus leches, rapidamente hicieron cambiar la lengua por algo que sentí más contundente, que desplazó mis órganos causandome una leve molestia, presionaba sobre mis paredes, raspaba mis bordes, golpeteaba mis nalgas, resoplaba fuerte sobre mi espalda, sus manos aferraban rigidamente mi cintura. Recién cuando me tomó por los hombros para ejercer mayor presión, como si necesitara meterlo más adentro, pude comenzar a gozar, se me alivió aquella molestia de órganos apretados y su pija ya era parte mia. Con cada reempuje mis huevos iban y venian, mi próstata masajeada por su glande, mi ano abierto sin límites, mi actitud sumisa, entregada, como si nada pudiera hacer para evitar aquel hermoso momento, mis sentidos alertas cuando escuché su profundo gemido, invadiendo mi culo con su descarga de semen, que a manera de cuatro disparos acompañé con presiones de mi esfinter anal sobre su verga. Sin dejar de apretar su miembro, lo fué sacando limpito, limpito. "abrilo", me ordenó, y se quedó mirando mi ano y su leche allí adentro.
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Ese espectáculo no tiene precio, mi amor...
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