Transvestirme me resulta de las sensaciones más extrañas.
Ya hay algo en probarme una tanga que me exita.
Pero una minifalda tableada me derrite.
Me concientiza de lo puta que soy.
Me doy cuenta que soy capaz de acabar como hombre, pero tambien como mujer.
Y como putita puedo alterarte, estimularte.
Una cadena en mi cuello y un amo a lamer.
Unas medias con florcitas y una mano poniendo en posición mi rabo.
Y sentir como me entran por adelante y por atras.
Y juntar ambos ritmos en mi cuerpo.
Hasta ganarles los jugos que puedan llevar alivio a mi sed.
Una locura carmesí, para guardar en mi interior tus carnes rojas.
Medias y brazos calados para sacarte tu mejor erección y poner tus jeans por los tobillos.
O cueros ajustados revelando mi provocativa cola.
No puedo creer que me sienta tan exitada siendo tu puta.
Ni verguenza, ni temor, ni prudencia, ni decencia.
Me duele tu pija grandota pero la visto elegante.
Miras con lujuria mi espalda expuesta y deslizas tu cadera para adelante y para atras.
Buscas en ese baile acoplar tus deseos a los mios.
Empujas tus genitales contra mi próstata.
Unes dos cuerpos por sus extremos opuestos.
Pero sin embargo, no me quitas la ropa.
Es parte del arte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Indescriptible! Lo hago mio...
ResponderEliminarParte del arte es desplegarlo en palabras.... Gracias por hacer vibrar el deseo en estas líneas.
ResponderEliminarLilith.
Me haces arder toda mi hembra interior
ResponderEliminar